Noviembre es el mes de la muerte en muchas culturas, el mes de dejar que todo lo antiguo que hay en nosotros se desprenda y pueda nacer lo nuevo.
Esto es importante para que podamos seguir avanzando en la vida. Igual que cuando el agua se estanca se producen malos olores y putrefacción, igual que el dinero debe salir y entrar constantemente en nuestra vida, el resto de aspectos también debemos dejar que vayan y vengan.
Debemos dejar que el cambio se produzca, al fin y al cabo, todo está cambiando constantemente: las nubes pasan, el día se sucede a la noche, el tiempo va cambiando, nuestro organismo bombea sangre, el aire entra y sale, nosotros mismos no somos los mismos de hace 10 años, 10 meses e incluso 10 minutos.
Es importante tomar conciencia del cambio, dejar que todas las hojas muertas se desprendan del árbol que somos, para que en primavera crezcan los nuevos brotes.
¿Qué hay en tu vida de lo que estaría bien que te desprendieses o simplemente que se desprendiese de ti? ¿Qué objetos, pensamientos, hábitos te aturullan y ocupan un espacio en tu vida innecesario? Si te apetece compártelo en los comentarios. Me encantará leerte.
Y aprovecha que esta es la época para ir hacia dentro y mirar y deja que todo lo que no necesitas se desprenda.
Y por si te apetece te dejo una meditación a propósito de todo esto:
#1 – Meditación guiada: Aceptación del cambio, llegada del otoño (Con escáner corporal).
Sabías palabras.
Gracias por tu generosidad.
Más recuerda que todo lo «antiguo» no es más que el sustrato, la tierra que alimenta la raíz. Por eso la hoja cae y se descompone en «humus» se integra de manera infinita en el ciclo del eterno retorno.
Soltar lo «antiguo» es honrarás a tu padre y a tu madre como dice el Maestro de Nazaret.
Es por ello que respeto y honro todas las prácticas de mis antepasados y las practico para integrarlos en la vida que vivo. Por eso rezo el Rosario y voy a Misa, a la vez que practico las enseñanzas del Zen y el Budismo. Somos UNO.
Gracias de nuevo. ABRAZO.
Las raíces, las tradiciones, lo que ya aprendieron nuestros mayores… que bueno. Gracias por recordárnoslo Julio!!
Profundo y totalmente cierto. Dejar ir lo innecesario y dejar espacio para lo q te llena el alma. Ser tu mismo y ajustar tu vida a ello. En mi caso las personas. Quedarte con las q te acompañan en el camino. Buena reflexion la tuya. Te lo agradezco.
Dejar ir a las personas es lo mas difícil, especialmente cuando se mueren. Curiosamente cuanto más les dejamos ir de la manera adecuada más siguen presentes con nosotros.
El año pasado se murió mi padre y en este año constatamos toda la familia que hemos soñado con él muchísimo, yo en particular he soñado con él mucho y siempre le he visto muy contento feliz y afectuoso conmigo, le siento muy vivo y eso me hace muy feliz.
Que bonito Pablo, yo también perdí a mi padre este año y le he sentido una vez a través de una de mis hijas haciendo una relajacion con ella!